lunes, 15 de enero de 2018

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -12-




Tras un breve intervalo para contar que mi Blog ha llegado al millón de visitantes, continuo con esta serie dedicada a la vida de Getxo durante el último cuarto del Siglo XIX.

En la entrada anterior veíamos cómo habían desaparecido las circunstancias excepcionales de guerra, y el Ayuntamiento acordaba reanudar la feria de Las Arenas. Hoy veremos cómo la misa que se celebraba en la ermita de Santa Ana desde 1872 hasta 1873, sólo interrumpida durante el periodo de guerra, volvía a reanudarse en diciembre de 1876. Y cómo la noche de Navidad fue motivo de escándalo para algunos algorteños.

Desde 1872 hasta 1873 se venía celebrando misa todos los días festivos en la ermita de Santa Ana, celebración que corría a cargo del presbítero D. José E. de Gorrondona, sólo interrumpida durante el periodo de guerra, que finalizó el 29 de febrero de 1876. El propio Ayuntamiento decía en diciembre de 1876; “...que por la gran importancia que va tomando dicho barrio, tanto en recursos a favor del municipio, como por la afluencia de habitantes y forasteros, especialmente en tiempo de verano, es necesario que haya una misa en el citado barrio, al menos los días festivos, y teniendo en cuenta la larga distancia existente hasta la parroquia de San Nicolás de Algorta, y que muchas veces la mar no permite pasar a Portugalete, este Ayuntamiento acuerda que desde el día primero de enero de 1876, se establezca un cura o capellán para celebrar misa en dicha ermita…” Quedaban encargados de dar trámite a dicho asunto D. Alejo y D. Juan E. de Zalduondo. El capellán nombrado resultó ser D. Cipriano de Charroalde.

Mientras era una casa de curioso nombre de Alango “La Flor de San Juan”. ¿Quién sabe si precursora de sus famosas fiestas? En su día fue habitada por D. Bautista de Eguzquiza, la que daba curso al agua del caño de dicha heredad. Y lo hacía de la mano de la maestra de Santa María de Getxo Dña. Francisca de Unzaga, cuyo hermano era el nuevo habitante de dicha casa.

La ayuda a los pobres del barrio parece que también era algo de lo que el Gobernado se preocupaba, porque además de ordenar, fuera establecida la plaza de facultativo (Médico) para los más pobres, ya que los mejor dotados por la diosa fortuna, solían pagar los servicios de los galenos, como si fuera una igual de las de hoy día.

Para finalizar el año, la noche de navidad era motivo de escándalo para algunos algorteños. Sucedió que las rondas nocturnas de algunos jovenzuelos, y otros no tanto, causaron desazón en los apacibles vecinos del barrio. Y la autoridad municipal daba orden de que fueran investigados aquellos: “...abusos y hechos punibles de la noche de navidad...”

Empezaba el nuevo año (1877) bajo la alcaldía de D. Juan Manuel de Ugarte, con una recomendación de: “...los Diputados a Cortes por las Provincias vascongadas...” En ella se sugería la suscripción al: “...periódico La Paz, como baluarte de defensa para nuestras Instituciones Forales...” Era éste un periódico Monárquico Constitucional fundado en 1858.

A mediados de enero de 1877, el consistorio convocaba a la Cofradía de Mareantes del Puerto de Algorta para que nombrara dos miembros, a fin de estudiar la reforma de la escritura de convenio entre ambas corporaciones, que había sido otorgada en 1842. La misma trataba sobre los arbitrios que tenía que pagar el Ayuntamiento a dicha cofradía.


El día 1 de febrero de 1877 se producía una protesta del Ayuntamiento de Getxo por la forma en que se había llevado a cabo las listas de quintos: “...En vista de haberse presentado en esta anteiglesia el día 27 de enero último D. José Pereiro Lodeiro, como delegado del Sr. Gobernador Civil de la Provincia, para formar la lista de mozos para la quinta, y siendo conducidos por la fuerza entre bayonetas a este salón, todos los individuos de este Ayuntamiento incluido el Alcalde, permanecieron como testigos mudos de aquel alistamiento llevado a cabo por el Delegado...” Aquel hecho motivó que se levantara un acta de protesta ante el notario D. Ignacio de Arias: “...En la Anteiglesia de Guecho a 27 de enero de 1877, ante D. Ignacio de Arias notario del colegio del territorio de la Excelentísima Audiencia de Burgos, hallándose presentes los testigos que comparecen en este acto: D. Juan Manuel de Ugarte y Zuazo, acompañado de los demás señores del Ayuntamiento y con la presencia del Sr. Delegado. El Sr. Alcalde causó protesta de este acto que el Sr. Delegado se propone llevar a efecto. El Ayuntamiento accedió a ello bajo la presión de la fuerza, salvando toda responsabilidad de los dependientes del municipio y de los señores curas párrocos, que defienden los derechos de este pueblo. Siendo testigos presenciales de todo D. Juan Antonio de Ibarra y D. Justo de Barrenechea vecinos de este Pueblo...” Más tarde, en marzo, tuvieron que enviar al Gobierno Civil al correo peatón D. Antonio San Martín, a recoger “bolas y globos” para realizar el sorteo de mozos de remplazo.

En febrero de ese año los ganados pastaban libremente por el termino denominado “Saratestegui” (probablemente se referían a la zona actualmente denominada Satistegi) hasta el camino que bajaba a la playa de Ereaga, junto a la casa de D. Ramón de Arecheta, y la zona de la Avanzada. Temerosos de que pudiera haber algún derrumbe, debido a lo inestable del terreno, acordaban: “...Prohibir completamente que ningún ganado ande pastando por en el trayecto referido...” El alguacil pasó por los domicilios de los ganaderos informándoles de tal medida.


Una de las disputas sobre la atención a los camposantos viejo (Algorta) y nuevo (Getxo), tengamos en cuenta que estamos en 1877 y que el de Bostgarrena (el actual cementerio de El Carmen) no fue bendecido hasta el 30 de marzo de 1908, se produce en marzo de 1877. Dicha disputa fue protagonizada por el sacristán de Santa María de Getxo D. Justo de Barrenechea. Una real Orden del 18 de marzo de 1861 otorgaba la custodia de la llaves de los cementerios a los párrocos, estuvieran construidos con fondos municipales o no. El sacristán de Getxo demandaba unas cantidades pendientes de pago por parte del consistorio y aducía lo siguiente:“…El camposanto nuevo fue ejecutado a instancias del Sr. cura párroco de Santa María de Guecho. Negando que en su construcción haya tomado parte alguna el Ayuntamiento de Guecho. Que el 29 de julio de 1869 acudió el cura párroco al Ayuntamiento, para manifestar que el cementerio estaba concluido y bendecido, y que podía ya ser inspeccionado por parte de las autoridades municipales...” Mientras que el Ayuntamiento demandaba al cura de Getxo que: “...Manifieste si el cementerio se ha construido con fondos de piedad particular. Qué cantidad de terreno se destina a territorio común gratuito. Qué cantidad se destina, que según el reglamento que se aplica, lo convertiría en un cementerio de pagoEl Sr. cura párroco no contestó a aquellas preguntas y el sacrista Sr. Barrenechea acudió al consistorio reclamando que se le abonara el aumento de la dotación como encargado del nuevo camposanto. El consistorio, al no constarle que el enterrorio del nuevo camposanto fuera público y gratuito, contestaba al sacristán que no siendo suyo el camposanto, podía tomar en consideración su petición...”

En la próxima entrada veremos la llegada del Sr. Obispo a la iglesia de San Nicolás de Bari de Algorta, abril de 1877 para suministrar la confirmación a los niños de Algorta. Y cómo, con la llegada del mes de julio, las fiestas eran el elemento de distensión de la juventud y forasteros que acudían a la playa de Algorta.



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