jueves, 25 de febrero de 2016

LA HAZAÑA DE ZACARÍAS Y TORDILLA



Hay gestas que pocas gentes se atreven a realizar, quizá la época era propicia para ello, y eso es lo que hizo un genial vecino de Getxo. Muchos hoy verían imposible tal ocurrencia, al menos hasta hoy a nadie se le ha ocurrido realizar tamaña proeza, cruzar la ría a caballo. El personaje, Zacarías Igual contratista que prestaba sus servicios por toda Bizkaia aunque su centro de trabajo fuera Getxo. El caballo, “Tordilla”, una espléndida yegua pinta. El motivo, una avería en el transbordador (Puente Bizkaia). La época, el verano de 1909.

Zacarías Igual fue descendiente del industrial algorteño Castor Igual, venido desde la cercana Arnuero (Cantabria) a mediados del siglo XIX quien al igual que otras gentes, dejó su pueblo natal para trabajar en un Getxo que empezaba a crecer. Fue quien instaló una tienda de pinturas en la calle Avenida Basagoiti, de quien Zacarias heredó el negocio paterno. Concienzudo trabajador, hombre de firmes principios, tenaz de abruptas expresiones, sorprendió a sus vecinos con una “hazaña” que nadie antes había osado realizar.

Cuentan que: “...Un día del verano de 1909, cuando se encontraba realizando reparaciones en varios lugares de la zona de Uribe, entre ellas el Hospital de Barrica, la Iglesia de Jatabe y el Castillo de Butrón, recibió una llamada que le haría popular por su hazaña...”. La misma provenía de un vecino de la población minera de Gallarta, Agustín de Iza, quien requería sus servicios. El día estaba ya avanzado, pero esto no le arredró, montó en su yegua y raudo se dirigió hacia Las Arenas, pensando en pasar a Portugalete en el transbordador. Un vez llegado a este barrio se encontró con dos grandes obstáculos, la ría y un puente averiado, lo que aparentemente imposibilitaba su cometido. Después de hablar largo y tendido con los empleados del puente, y viendo la imposibilidad de que la avería fuera reparada con prontitud, nuestro amigo Zacarías, lejos de arredrarse, tiro por la calle del medio, hombre y jumento se dirigieron a la rampa más próxima, situada a derecha del puente, según se mira hacia Portugalete, la cual quedaba casi enfrente de la del vecino municipio. Hombre precavido, tras arrojar un puñado de heno para comprobar la fuerza de la marea, y tras verificar que la misma había llegado a su punto más álgido, monto a lomos de su yegua y se dispuso a cruzar el canal. Ni qué decir tiene que los viandantes, de ambas margenes, observaron incrédulos las evoluciones de jinete y montura, viendo admirados cómo finalmente lograban su proeza.


Un vez en tierra espoleo a su fiel compañera y con paso firme se dirigió hacia Gallarta. Tras realizar allí su cometido, que no parece fuera de mucha enjundia, retornó hacia Portugalete. Una vez en la villa jarrillera, se topo con que el transbordador seguía estropeado y la marea aguas abajo y con gran fuerza, lo que dificultaba su transito. Hombre de recursos, alquiló un bote y tras depositar en el la montura embarcó, asiendo las riendas tiro del bocado de su yegua, animando a su inseparable compañera a acompañarle, quien realizó el transito como una nadadora consumada, llegando ambos a la otra orilla, desde donde, tras colocar la silla y apretar las cinchas, a lomos de su potranca se dirigió hacia su casa de Algorta.

Este hecho aún hoy es recordado por muchos veteranos guaitos de los que peinan canas, quienes hablan de la tozudez del caballero en cuestión. Los Igual pertenecen a una de las familias con fuerte implantación en Algorta. Algunos de sus familiares actuales, cuentan anécdotas sobre el carácter de Zacarias, que yo no me atreveré a reproducir, que hablan de él como un hombre de carácter fuerte y resolutivo.

Muchos, en nuestra juventud, cruzamos ese tramo a nado, pero nadie antes lo había hecho a lomos de su montura. Después de ese hecho digno de un desafío, de los que se acostumbra a realizar en Euskal Herria, quién sabe si algún osado jinete, nuevamente será capaz de emular la hazaña de “Zacarias y Tordilla”.


No hay comentarios:

Publicar un comentario