lunes, 29 de junio de 2015

GARROBI, EL ARTE A PIE DE CALLE



GARROBI” nació de la inquietud de un grupo de artistas locales, entre los que se encontraban Ainhoa Ortells, Inés Bermejo, Laurita Siles, Izaro Leregi, Mikeldi Pérez, Fredi Paia, Jone Saitua, Rafa Anduiza y Nerea Falagan, tenía como objetivo “...crear una rutina cultural con una oferta amplia y de todos los colores, en espacios no convencionales, llevando la cultura y el arte a pie de calle...”.

En enero, se presentaban públicamente para dar a conocer su idea, en la que parafraseando a Oteiza decían: “...venimos a contaros que la cultura con sus movimientos y cambios en la historia, aunque pase, aunque toque o despierte a algún individuo o grupo, si no llega al pueblo como destino, la incultura actúa y atrasa activamente, destruye como un cáncer invisible, indolente, en silencio, todo el sistema espiritual y las reservas vivas de un pueblo...”. En definitiva faltaba crear una cantera que animara y dinamizara esas inquietudes, y de verdad que viendo lo que nos presentan, lo van a conseguir. En la primera asamblea que celebraron se juntaron 35 personas, ése fue el germen de los que hoy es el colectivo.



La cantera de artistas “GARROBI” ha demostrado que se puede llevar el arte a pie de calle. Más de 32 participantes de diferentes disciplinas, gente con ganas de hacer las cosas bien, nos regalaron sus trabajos, en un día pletórico de sol. El trabajo preliminar, desde primeras horas, nos deparaba algo de lo que íbamos a poder disfrutar, la tensión e ilusión se notaban en los dos espacios, en los que el colectivo iba a desarrollar la muestra. A la hora prevista daba inicio la presentación en la Plaza de Biotz Alai, la cual corrió a cargo de dos de sus componentes Ainhoa Ortells e Idoia Garai, que nos adelantaban que el objetivo principal de Garrobi es: “...promover y reforzar la rutina cultural local...”.

La asociación de artistas Getxotarras, el pasado sábado día 27 de junio, llevó su ingenio a las plazas de San Nikolas y Biotz Alai, convirtiéndolas en un mosaico colorista, muestra de su buen hacer. Con actividades itinerantes a lo largo de la Avenida Basagoiti, en la que el grupo “Kalabazan” ofreció, mediante unos largos susurradores, con forma de largas cornetas, poemas susurrados al oído de los viandantes; el grupo “Hibernando” con una maquina denominada “Tremebunda” iban realizando serigrafía; y la bailarina “Ana Capilla”, que realizó una interpretación de los espacios de la zona mediante la dantza.


Allí pudimos ver a viejos conocidos con sus trabajos plasmados en paneles, paredes y suelo de la plaza: “Pirograbados” de Ángel Fernández, las “Abstracciones” de José Fernández, a Mertxe Zulueta con su “Balsa de naúfragos”; paneles que iban desde una exposición de caratulas de cintas musicales, con diversos temas de “Betagarri”, “The Mamas & Papas”, “Janis Joplin”...; incluso un armonioso bodegón marinero, que alternaba con ilustraciones de “Pasionaria”, “Aita Barandiaran” y del bardo de Urretxu “Iparraguirre”; acuarelas de diversos rincones de nuestro pueblo; fantasmagóricas imágenes recreadas con cantos rodados de procedencia marina; el homenaje al cassette; un divertido “Getariako Sagua”.


Incluso desde Madrid acudieron a la cita, la autora de "Cuentos Inmorales", nos sorprendió con una fantástica "Instalación Urbana", cual arco iris en un día pletórico de sol: y un sinfín de expresiones artísticas que lamento no recoger en su totalidad, pero que dieron muestra de la capacidad creadora de nuestros artistas locales.


En la Plaza de San Nikolas el grupo “Utopian”, dentro de un pequeño circo de tela blanca, ofrecieron un teatro interactivo, en el que la gente podía participar. Visto desde fuera, parecía lo que pudiera ser una sauna de masajes terapeúticos, en la que dos clientes con sus albornoces y mascarillas, esperaban sus tratamiento tumbados en el suelo de la plaza; aunque el masaje terminaba en una guerra de almohadas, en la que participaban clientes y público, algunos al salir decían: “...con masajes como estos se pierde peso fácil...”. Casi en el medio de la plaza un “Domo” de madera, obra de “Uka Natura”, en el que la gente tenía la posibilidad de intervenir.

El carro del “Photographer”, otra de las atracciones, que en una de las esquinas de la plaza, junto al Ajuria, llamaba la atención de todos los visitantes. Ese antiguo carromato, con sus maquinas y viejas fotografías, representaba una época, en la que el revelado se hacía mediante una técnica denominada “Colodión Húmedo”, procedimiento fotográfico creado en el año 1851 por el investigador y fotógrafo francés Gustave Le Gray.


Y finalmente, al medio día, la sorpresa musical a cargo de la fanfarria “Txopolis”. En medio de la terrazas, que abarrotan una parte de esta concurrida plaza, surgieron inesperadamente, desde uno los balcones de la “Bibilioteca de San Nicolas”, desde las propias terrazas y de otro balconcillo que se encuentra sobre el bar “Maggie Fram”, con uno de sus ritmos veraniegos aparecieron unos divertidos personajes salidos del mundo animal-fantastico.

Como decía uno de sus componentes, el bertsolari de Algorta Fredi Paia, en uno de los bertsos el día de su presentación:

...Artea dugu gure bidea...”.

...El Arte es nuestro camino...”.

Con esta primera cita nos han demostrado que ganas no les falta, esperamos que en la próxima convocatoria consoliden las representaciones populares.



jueves, 25 de junio de 2015

SAN JUAN, RECUERDOS DEL PASADO



Noche de San Juan, noche mágica, celebración del solsticio de verano, día más largo, noche más corta del año. Como fantasma de días pasados, cual siluetas en procesión entre la niebla, nos trae a la memoria imágenes borrosas de niños acarreando ramas y puertas de madera, cargadas de viejos enseres, restos de mobiliario, que el paso del tiempo convirtió en inservibles, arrastradas por polvorientas calles aún sin asfaltar, rumbo a la hoguera purificadora.


MALAKATE (ANDRA MARI)

Noches del pasado llenas de júbilo, de canciones, de ritos. De hogueras alrededor de las que se saltaba y y cantaba “...por San Juan se come pan y leche...”. Entre cuyas brasas asábamos deseadas patatas, en época de escasez de alimentos, martirio de baserritarras que veían asaltadas sus heredades por un enjambre de mozalbetes inexpertos.


SAN NIKOLAS (ALGORTA)

Días irrepetibles, de cuando las campas se abrían intrépidas dentro de los pueblos, que la urbanización va convirtiendo en meros recuerdos del pasado. Ya, tan solo quedan hogueras testimoniales, no se ven aquellas fogatas de nuestros barrios (Pinueta, Campa de Fernan y la Prolon en Romo; Ibaigane, Santa Ana y la campa de los caballos en Areeta; Neguri Languille; Alango, Barrio de la Humedad y el Puerto en Algorta; Sarri, Venancio, Goñi y Saratxaga en Getxo), que lanzaban sus largos penachos chisporroteando hacia el cielo.


ARRIGUNAGA

Y sin embargo, la alegría de pequeños y grandes vuelve a hacerse presente en nuestras plazas, playas y calles, en medio de olores a humo y sardinas, sonidos de txistu y tamboril, recuerdo de viejas canciones, de bomberos preparados para apagar incendios provocados por la voraces llamas, que nos recuerdan como en la letra de Altzo (Gipuzkoa) que:

...San Juanek esku baten
sua eta besten ura...”

...San Juan, en una mano fuego
y en la otra agua...”.

Esperemos que el paso del tiempo no nos haga cantar aquella otra de Legutio (Araba):

...Goazean San Juanera,
San Juan kantatzera,
neu ezin joan nindaike
ain bere urinera...”

...A San Juan, vamos andando,
a cantar la sanjuanada;
no puedo yo por mis pasos,
que la campa está alejada...”.



lunes, 22 de junio de 2015

LA ACADEMIA DE D. PABLO



La Academia de D. Pablo, junto a la de Bidegorri de Alango, seguro que habrán visto pasar por sus aulas a medio barrio de Algorta. Este centro de enseñanza estuvo situado en la esquina de la confluencia de las calles Telletxe con Juan Bautista Zabala (junto a la Pastelería Zurikalday).

Su creador D. Pablo López de Uralde e Ibáñez era natural de Gasteiz, hijo de Saturnino y Juana Francisca, nació un 18 de octubre de 1900. Obtuvo el titulo de Maestro de Primera Enseñanza el 21 de Diciembre de 1932, a los 32 años de edad, en la Escuela Normal de Gasteiz (Araba).

Fue Maestro Municipal en las Escuelas de Juan Bautista Zabala de Algorta (en las que desempeño el Cargo de Presidente de la Comisión Municipal de Enseñanza durante el periodo de 1934 a 1936). En el encabezamiento aparece una fotografía de los maestros municipales en los cursos 1924-25.

Al finalizar el golpe de estado franquista del 36, al igual que otros muchos funcionarios municipales, fue expedientado. Solicitó su readmisión el 17 de junio de 1937. Para ello, a pesar de ser considerado una persona de derechas, al igual que otros funcionarios, tuvo que cumplimentar un test ideológico. En él, entre otras cosas, reconocía su pertenencia a la “Unión Patriótica” durante los dos últimos años de su existencia. Durante los meses de junio a julio de 1937, al no funcionar las escuelas debido a la guerra, trabajó en las oficinas de Estadística del Ayuntamiento de Getxo. Para entonces contaba con 37 años de edad, y había ejercido ya como maestro durante 12 años.



Esos test ideológicos, hoy sorprenderán a mucha gente, por su contenido y su simpleza. Entre las preguntas de aquel test (ver documento en fotografía superior) se incluían algunas tan extravagantemente totalitarias como: “Qué concepto se merece la actitud del maestro separatista”, “Cómo fomentará el Maestro el verdadero Patriotismo en la Escuela”, “Qué concepto tiene usted de España por derechos de Raza”, “Ha prestado su nombre a los amigos de la Unión Soviética”, que si se me permite una maldad, parecen sacadas de una ley con nombre de ministro actual. Las respuestas, por obvias, no podían ser de otra naturaleza si querían conservar su cátedra, eran: “...La obligación de un maestro con relación a la Patria, debe ser obedecer en un todo a la ordenes dictadas por la autoridades...” !Pobre de quién no contestara algo parecido!. El que más tarde iba a ser Alcalde de Getxo, Juan Bautista Merino, fue uno de los informantes de su comportamiento “político” en una carta remitida a los censores el 25 de octubre de 1937.

En esa época de camisas azules, correajes y bigotillos rancios, eran necesarios avales que garantizaran las inquebrantables accesiones, para poder recuperar y conservar el puesto de trabajo. Por ello D. Pablo fue avalado por gentes de cierto predicamento de Getxo como: Candido Arrola, el anteriormente citado Jose Bautista Merino, Juan Ramón Amann y Ramón Churruca, componentes de la Comisión Municipal de Getxo. También intervino en su aval el sacerdote encargado de la parroquia de San Nikolas de Bari Cirilo Larrazabal. En aquellos informes favorables la “Comisión de Cultura y Enseñanza de Vizcaya” decía del mismo: “...este señor cumple sus deberes religiosos con puntualidad, dando buen ejemplo a sus discípulos...,...no está adscrito a ningún partido político...,...su actuación durante el movimiento no se destacó por ningún lado...”. Otro de los elementos que propiciaban un juicio favorable a su causa, era el hecho de ser una persona de grandes convicciones religiosas, fue miembro de Adoración Nocturna de la parroquia de San Nikolas de Algorta.



En junio de 1940 unió su voz, en un escrito, a la del resto de maestros del municipio, solicitando que se incluyera a los maestros municipales, en la subida salarial que se había decretado para los funcionarios públicos y maestros nacionales, decían en el escrito: “...debido a las dificilísimas circunstancias económicas que la posguerra a colocado a las clases medias; solicitamos se nos equipare a los maestros nacionales, para no hallarnos en inferioridad económica respecto a ellos...”. Entre los firmantes del escrito se hallaban: José Ramírez Oses, Francisca Igartua, Banca Nieves Olazagoitia, Tirso de Albéniz, Esperanza Arechavala, Agueda Elorriaga, Plablo Lopez de Uralde, Margarita Landaida, Obdulia Ocariz, Maria Dolores Sangróniz, Samuel González, María Aurea Mulero y otos.

De su actividad pedagógica, de su academia, nos hablan algunos de sus antiguos alumnos. En sus viejas aulas, recibieron educación primaria muchas caras conocidas del barrio, las fotografías que aparecerán a lo largo de esta entrada así nos lo recuerdan. De aquellas viejas y austeras aulas con raídas mesas de madera, de sus agujeros para los tinteros de tinta china; de encerados presididos por el crucifijos y los viejos y obligados símbolos del régimen; de un rudimentario laboratorio; y una biblioteca no menos elemental, también esas fotografías guardan el recuerdo de aquellos día grises de escasez y adoctrinamiento obligado.



D. Pablo desempeñó el cargo de Maestro Municipal desde octubre de 1925 hasta el 31 de diciembre de 1941. La Academia de D. Pablo López de Uralde, estuvo situada en el Nº 1 de la calle Telletxe (la casa de Zubiaur). La Academia tenía dos entradas, una por Zabala, que daba la clase de los pequeños (1º y 2º de bachiller); otra por Telletxe, que daba a dos calles adyacentes, para pasar a las de (3º y 4º) no había más remedio que cruzar por la primera; al fondo del local se hallaba la de taquigrafía y bajo la escalera, junto al patio, estaba el laboratorio. Nos da idea del centro la (fotografía superior).

Aprovechando la cesión de esas fotografías, que su nieta Ana Cristina López de Uralde, ha tenido la amabilidad de hacer, veremos a algunos de sus protagonistas:




En primer lugar y sobre estas líneas aparecen D. Pablo López de Uralde y su esposa Valentina Caño.




En la fotografía inferior aparecen algunos de sus hijos José Luis, Javier, Ignacio (+) que fue profesor en dicho centro, Jesús (+) y Pablo (+), frente a la cantina de la estación de Algorta en los años 60.

Otras corresponde a algunos de sus alumnos. Bajo estas líneas unos de los cursos, quizá más antiguos de la Academia, corresponden a los años 1929-1930.
En otra de ellas aparecen viejas caras de Algorta: (Roberto Mardaras, Ignacio Sarria, Luis Onaindia, Jose Maria Arechaga, Pedro Esesumaga, Segundo Arechaga, Juan Salazar, Juan Antonio Goñi, Sebastián Martín, Miguel Angel Sánchez y Julián Larrauri).



En otras quizá nos sorprendan caras más jóvenes y más cercanas en el tiempo, aunque todas estarán encuadradas entre los años 50-60.

Algunos de ellos lo recuerdan así: “...tenía su Academia en Telletxe, los locales eran propiedad de Elorriaga y Zubiaur. D. Pablo era un hombre grueso, siempre provisto de su bata blanca, estaba acompañado de su hijo Ignacio a quien apodaban “Potasio”. Otros de los profesores del centro eran: José, un profesor de Sopelana; por las tardes otra de las maestras era Josefina, madre de Victor Aguinagalde. D. Pablo daba las clases de Comercio y Taquigrafía y el curso de 4º Física y Química; D. José impartía las clases de francés, ciencias, geografía, historia; la clase de latín corría a cargo del Sr. Antruejo (de Las Arenas), que más tarde fue sustituido por Tomás Gaztelurrutia (sacerdote que vivía en Amesti). Las clases de gimnasia, preparatorias de los exámenes en el Instituto de Bilbao, solían prepararlas en Fadura, eran de los más elementales, a parte de las consabidas tablas (Cubito supino, salto de altura, flexiones..), consistían en subir por una cuerda 5 metros y salto de altura, eran dirigidas por el hijo de D. Pablo...”.



D,. Pablo solicitó la jubilación voluntaria a la edad de 60 años, el día 28 de Abril de 1961. Cesó su trabajo en la academia en los años 80, que es cuando se cerro el centro de Telletxe.

Hasta aquí un pequeño recordatorio de uno de los maestros y su Academia, que durante los años 40-60 vio pasar por sus aulas, a un numero notable de vecinos de Algorta y otros barrios de Getxo.



jueves, 18 de junio de 2015

CALLE TETUAN (AVENIDA BASAGOITI) y -II-



Continuando con este recorrido por la artería peatonal por excelencia de Algorta, continuaremos viendo su evolución a partir de principios del Siglo XX.

Una parte de la modernización del barrio vendrá impuesta por la entonces novedosa directiva municipal de agosto de 1907, que establecía la obligatoriedad de que en las nuevas edificaciones y en las que solicitaban reformas, se instalaran las llamadas “Fosas Moras” para saneamiento. Para noviembre de aquel año ya se veía la mejora de la avenida a su paso por “Aretxondo”, ya que era una calle adoquinada.

En julio de 1908 incluso las comunicaciones empezaban a reconocer la zona como de gran interés. Se solicitaba a la Compañía del Tranvía eléctrico, el establecimiento de una parada fija frente al Casino. En abril de 1909 le tocaba el turno al quiosco de la música de San Nikolas. Esta vez ese quiosco, antes de madera, pasaba a construirse de hierro, aunque seguía siendo portátil (la idea era que fuera semejante al de Sestao).



El año 1910 sería el momento en que se iba a producir una gran modificación en el entorno de la Avenida Basagoiti. Debido a la extrema precariedad en la que se encontraban las Escuelas Publicas de la entonces “Plaza de la Constitución” (San Nikolas), y por una denuncia realizada por el Inspector de Primera Enseñanza de Bizkaia, se acordó el 7 de julio de ese año el derribo de dicho edificio. El 7 de Julio de 1910 se adoptaba la decisión de demoler éstas, trasladando a la Escuela de Artes y Oficios a los niños, de forma provisional, hasta la construcción de las nuevas en San Ignacio (el coste estimado por el vigilante municipal para dicho derribo ascendió a 818,60 pesetas). Ello dio lugar a que uno de los elementos del mobiliario urbano, de gran belleza, fuera desplazado. Se trataba de la fuente pública, sobre la que descansaba una preciosa imagen luminaria (egipcia), que todas las generaciones posteriores hemos tenido la suerte de contemplar, y de la que muchos recordarán alzarse majestuosas a la entrada de “Maria Cristina”, Este tema será cuestión de una entrada a parte.



Otros elementos de aquellas escuelas también resultaron útiles para alguna instalación hotelera de Algorta, tal fue el caso de las columnas de hierro de las escuelas, que fueron adquiridas por D. Manuel Eguía por 200 pesetas. Pero no fue este el único cambio, también se iba a producir un acuerdo que afectaría a la zona del Casino. De tal forma que se unirían la terraza del Hotel Eguia con la avenida, dando lugar a un hermoso paseo. En esa mismas fechas se llegaba a un acuerdo entre Eguía y el Ayuntamiento para que el primero pudiera unir con un puente sus casas de la Avenida Basagoiti y la situada en Satistegi. El 7 de abril de 1910 el consistorio daba luz verde al arreglo del reloj de la torre de la iglesia de San Nikolas, reparación que recayó en el vecino D. Cesar Ocejo.



En esas fechas el fervor musical llegaba hasta María Cristina y su paseo. En junio de 1911 varios vecinos, solicitaban que los domingos y días festivos tocara la banda de música, en la Plaza de San Ignacio y el paseo de María Cristina. El consistorio acordó que los domingos por la tarde la banda de música de Algorta actuara en en dicho paseo, y si el tiempo lo impedía lo hiciera en la Plaza de la Constitución. Se facultaba al alcalde para que cuando lo estimara conveniente, en lugar de hacerlo en dicha zona, lo hiciera en la Plaza de San Ignacio.

El municipio había experimentando un importante crecimiento desde 1887 hasta 1930, en algunos de sus barrios (Areeta-Las Arenas y Algorta), cercano al 44%. Ya en 1919, debido al incremento de la población, se había decidido ejecutar un Proyecto de Urbanización y Ensanche, cuya realización se encargó al Arquitecto municipal Ignacio Maria Smith. Fruto de sus ideas nacerían los proyectos de reforma de Maria Cristina (1913 y 1927-28) y el Proyecto de Reforma del Boulevard de Satistegi “Los Chopos” (1923-1924). El de “Miramar” nacido de otras manos esperaría hasta 1956.



Tras la finalización de la guerra provocada por el golpe de estado de 1936, verán la luz otros espacios urbanos, las plazas de “Satistegi” y “Tellagorri”. En 1947 tras la apertura de la calle Amesti, las casitas que ocupaban el espacio de dicha plaza serán derribadas, dando lugar a esta espaciosa y concurrida zona de esparcimiento. Entre 1955 y 1967 verá ampliarse otra de sus zonas de esparcimiento, tras el derribo de la casa de Líbano, la plaza de “Tellagorri” lugar de esparcimiento de niños y mayores, en el que se celebran diversos espectáculos festivos.

Otro de los espacios que cambiará su imagen será el “Boulevard de Satistegi”, que de ofrecer en 1950 una amplia visión del entorno costero que abarcaba hasta la “Batería San Ignacio”, quedará reducido en los 70, debido a la construcción de viviendas en la zona de confluencia de las calles Ribera Kalea y Satistegui. El derribo de la casa “Garaizar” (1966), el chalet “Iturria” (1973) y algunas de las denominadas casas algorteñas, como el “Palacio Zubiaga” (1868) quizá una de las primeras edificaciones de esa zona (hoy en ruinas), supuso una pérdida de parte de la historia del barrio. A pesar de ello nos quedan algunas reliquias como la que hoy corresponde al Nº 1 de la Avenida Basagoiti la casa “Ukaondo” de 1915 obra del arquitecto Smith y algunas nacidas de la mano de Garamendi, que junto a esa misteriosa mansión llamada “La casa encantada” (Casa Rosada, Palacio Malo de Molina, construida con planos del arquitecto Ciriaco de Menchaca) de 1898 y como no, una de las para mi, más bellas de la avenida: la casa “Uriarte”, junto a Maria Cristina, siguen deleitando nuestras pupilas.



Hasta aquí un paseo por la Avenida Basagoiti (Calzada, Tetuán, Mayor), una de las arterias principales de un barrio con solera, Algorta, que a lo largo de estos 153 años ha visto cambiar su fisonomía manteniendo su esencia.



lunes, 15 de junio de 2015

CALLE TETUAN (AVENIDA BASAGOITI) -I-



Calle de varios nombres, Calzada, Tetuán, Mayor y Avenida Basagoiti. De estas formas se llamó a lo largo de los años, esta transitada vía peatonal de Algorta, paseo habitual de todas las familias algorteñas.

El nombre de Tetuán lo recibió en 1863 como conmemoración, por los monárquicos locales, de las guerras coloniales. Más concretamente de la desarrollada en África por Leopoldo O'Donnell (duque de Tetuán), que durante la guerra colonial en África en (1859-60), dirigió personalmente la ocupación de la plaza de Tetuán. Dicha campaña fue la que le granjeó el título de duque. Aunque yo me atrevería a sugerir que también por su apoyo a la causa Isabelina durante la Primera Guerra Carlista de 1833-40. Su primer registro documentado como calle Tetuán aparece en el callejero de 1887.

A finales del Siglo XIX, en 1887 se denominaba Calle Mayor, y no será hasta 1899 que pasará a llamarse por su actual nombre “Avenida Basagoiti”, en homenaje a Antonio Basagoiti Arteta. Por su apoyo ante el ministerio para defender el actual diseño de los contramuelles, evitando en 1897 gracias a su intervención, la práctica desaparición de la playa de Ereaga y el Puerto Viejo de Algorta. Esta vía tal y como se decía en 1930 “...Comienza en en el punto denominado Chominchu y termina en el encuentro de la calle San Nikolás...,...Desde su principio en Chominchu a la Travesía María Cristina, corresponde a la zona de San Ignacio y el resto a la de San Nikolás...”.


Esta calle, como recoge un plano de 1878, partía de la “Plazuela de Menchaca”, en Cuatro Caminos y llegaba hasta la bajada a Ereaga, entonces denominada “Bajada a la Playa”. En dicho plano, si partimos de su entonces Nº 1 (actual Nº 76 edificio del Bar Mamarro), que entonces era la casa denominada “Amorotoena de Cortina”, seguido de ella se encontraba la “Plazuela de Jardingana”, a partir de ese punto comenzaba la entonces denominada “Calle Mayor” (actual Avenida Basagoiti), siguiendo en sentido descendente se llegaba a la Iglesia de “San Nikolás” (1863). Precisamente este templo edificado en la entonces “Campa de Múgica”, que fue donada para su construcción en 1854, junto al Ayuntamiento y las Escuelas Públicas de Primera Enseñanza (1859-1860) situadas a su derecha, fue el núcleo que ejerció de motor y centro de desarrollo del barrio de Algorta.

Continuaba la calle Mayor pasando por “Iturrieta Mayor” casa de Patxikin Aldecoa (1900), y recorría la Avenida hasta el “Casino” (Sociedad café) que tenía el Nº 44, una edificación de 1877. Finalizando en la casa de “Blanchard” en el Nº 104. A lo largo de su recorrido crecerían años más tarde amplias zonas con terrazas mirando al mar “Satistegi”, “Miramar” y “Urkijo Baso” (Maria Cristina), haciendo esquina con esta última estaba la casa “Berreteaga” y frente a ella la denominada “Uriarte”. Y es precisamente a lo largo de esta calle, entre Maria Cristina y San Ignacio donde a partir del Siglo XVI al XVIII surgirá una nueva clase social, la de los marinos (Capitanes y Pilotos Lemanes), que poblarán la avenida de las llamadas “casas algorteñas”. Junto a esta calle, en paralelo, discurrirá el “Camino Real o de Postas”.




Y es a partir del finales del Siglo XIX y comienzos del siguiente, cuando se va a conformar definitivamente esta “gran vía”. Quizá otros de sus hitos históricos fueran la creación de las Escuelas Publicas y el Mercado de San Nikolas, ligado al antiguo Ayuntamiento (mediados del Siglo XIX). La vendeja se realizaba en la misma plaza, y cuando arreciaba la lluvia, se celebraba bajo los soportales del actual frontón. En el Mercado de la Plaza de San Nikolas se realizaba la venta de pescado, frutas y verduras. Por aquella época (hablamos de mediados del Siglo XIX), esa plaza recibía el nombre de “Plaza del 16 de Junio”. Curiosamente en 1896 se llegó a plantear la realización de un puente al paso de la entonces “Calle Mayor” que cubría la “Calle Aretxondo”, puente de ocho metros de anchura, del que no se tiene constancia que llegara a realizarse para agilizar el transito de esta gran via.


Así como la Iglesia de “San Ignacio” obra del arquitecto Martín Goiri (1892), cuya escalinata principal fue realizada con piedra proveniente de las canteras de Durango. En la plaza se realizaba otro de los mercados de Algorta (ver fotografía superior), cuya urbanización fue diseñada en 1887 por el ingeniero Laureano Santa Maria. En 1892 era una zona de escasa edificación, con casas de una sencillez constructiva que chocaba con otros más próximos, prueba de ello es la (fotografía inferior) de la misma época. El crecimiento del barrio crearía la necesidad de construir una nueva plaza de abastos (Torrene), que no vería la luz hasta enero de 1939 (ver entradas de diciembre del 2013 El Mercado de la Plaza I y II”). Las modificaciones a realizar llegaban en febrero de 1904 hasta la caseta del tranvía, situada cerca de la denominada casa “Mantequena”, que iba verse desplazada hasta la parte trasera de las escuelas de San Nikolas.



En noviembre de 1901 la fisonomía del Boulevard de Satistegi verá cambiar su aspecto. D. Antonio Arrarte y otros vecinos de la zona solicitaban el cambio de los chopos que adornaban sus laderas. De ahí su nombre “Los Chopos”, que iban a ser sustituidos por “Plátanos” de jardín que el consistorio tenía en sus viveros. Este cambio se realizó en el Boulevard y la calle Rivera. Al parecer la altura y alguna especie de dípteros que anidaban en los mismos no eran del agrado de los vecinos. Sin embargo, en diciembre de aquel año eran los vecinos de María Cristina, representados por D. Emeterio Camiruaga y D. Francisco Elorriaga los que se dirigieron al Consistorio solicitando “...hermosear la zona de Maria Cristina...”.


En la próxima entrada seguiremos viendo las modificaciones que se estaban produciendo en esta importante arteria de Algorta.



jueves, 11 de junio de 2015

EL CUENTO DE JUNIO DE J.J. RAPHA BILBAO



Bajo el titulo “ÉL”, J.J. Rapha nos sorprende un mes más, con uno de sus cuentos. Y como “...el petardazo que siguió al rayo y que metió el invierno en Getxo...” nos introduce en una de sus esperadas historias, solo que esta al final de la primavera, como un regalo, casi como “...el brotar de las flores de ángel...”.

Y como un homenaje a su diseñador gráfico nos dice: “...Gracias a mi egregio, afamado mancebo del pincel, os llega el anuncio del mes de junio que nos hará famosos en el mundo entero. Todo llega, todo se rompe....”. Reservándose una pincelada de su agudeza mental “...El carajo del idioma es mío....”. Aunque, en el fondo, “ÉL” era lo que esperábamos en la red, para acompañar una placentera tarde de verano.

Para el enlace con el cuento del mes pulsar:










lunes, 8 de junio de 2015

LA SALUD Y/O LA ECONOMÍA LOCAL, VIEJA PREOCUPACIÓN DE NUESTROS EDILES

FILA DE ABAJO (SENTADOS)
SEGUNDO POR LA IZQUIERDA CANDIDO ARROLA

La salud, esa vieja preocupación que nuestros ediles han tenido, sobre todo en algunas épocas, constantemente llamaba a las puertas de Getxo. Y es precisamente a principios del Siglo XX cuando nuestros mandatarios van a prestar gran atención a los problemas de la salud de los getxotarras. Prueba de ello era el informe “Boletín de Estadística Sanitaria” de 1904, en el que en el apartado de “Estadística Comparada.- Vizcaya”, que de forma mensual emitía el Ayuntamiento de Bilbao, en el que se incluía a toda la población de Bizkaia, se englobaban las de Getxo (ver cuadro inferior).


Muchos de los casos habían sido denunciados por los facultativos de Getxo, Berango y Leioa, que atendían a los enfermos de los barrios de Algorta, Santa Maria y Las Arenas aquejados de diversas dolencias. Los medios para prevenir las enfermedades eran escasos. Y la localización de las Instalaciones Balnearias de Getxo, como zona preferida por los visitantes de todo el estado, hacía necesaria la toma de medidas para atajar algunas de las enfermedades, sobre todo las relacionadas con las fiebres tifoideas, ocasionadas por la insalubridad de las aguas y la contaminación de los alimentos, así como las malas condiciones en esas fechas del alcantarillado y aguas residuales.

Durante el invierno de 1904 el Alcalde Presidente de la corporación Candido Arrola Aqueche presentaba la siguiente moción: “...Es cosa corriente por desgracia, que en determinadas épocas del año, se registren en este termino municipal, diversas clases de enfermedades infecto-contagiosas...,...que suelen causar algunas victimas...,...varios son los casos de fiebres tifoideas...,...proponía crear un cuerpo de fumigadores, la adquisición de una legiadora, una estufa de desinfección y la construcción de un lavadero único a instalar en un punto céntrico equidistante a los barrios de Getxo, Algorta y Las Arenas, para la limpieza y desinfección de la ropa, de las casas donde aconteciesen casos de enfermedades infecciosas o contagiosas...”. Advertía el alcalde que: “...no es mi intención criticar a mis dignos antecesores en la Junta Local de Sanidad...,...que han tomado acertadas disposiciones...,...mi afán es hacer algo práctico...”.

Proponía también, que para reducir costes, en lugar de la creación del cuerpo de fumigadores, pudieran desarrollar el servicio de fumigación los peones camineros, proponiendo para los mismos un pequeño aumento de sueldo, cuando realizaran dicha actividad. Preveía en su propuesta la construcción de un edificio que contuviera, el lavadero, la legiadora y la estufa. La función de la legiadora era la de hervir las ropas infectadas, antes de proceder a su jabonado en la pila del lavadero. Decía a continuación: “...de realizarse lo que queda dicho, se evitará no solo los disgustos que a los alcaldes les proporciona el hacer cumplir las ordenes en consonancia con la salud pública, como la propagación de enfermedades por falta de medios...”.

ESCUELAS DE ANDRES CORTINA

Parece que hubo otros motivos, quizá el más importante fue el hecho de que en la prensa aparecieran noticias referidas a dichas enfermedades: “...no se ocultará a los concejales lo perjudicial que sería para el pueblo que a principios de verano, bien en la prensa de Madrid o en la de Bilbao, con mejor o peor intención, apareciese algún suelto diciendo que en la Anteiglesia de Guecho existen casos de tifus o simplemente fiebres tifoideas...”. Aunque no se puede descartar que otros motivos, como la diligencia de nuestras autoridades en prevenirlas y la opinión publica local tuvieran algo que ver: “...entonces se hablaría de la imprevisión de las autoridades, verdaderas cabezas de turco sobre las que suelen concitarse todas las iras populares...”.

Seguidamente fueron aprobadas aquellas medidas, quedando el alcalde en mantener una entrevista con el responsable de la Sección de Sanidad del Ayuntamiento de Bilbao Sr. Aristegui, para recabar información a cerca de cómo poder montar un buen servicio y de los aparatos que se consideraban necesarios para el mismo. El arquitecto municipal fue comisionado para realizar el estudio de emplazamiento y arquitectura del edificio, dentro de cuyas instalaciones debía de encontrase un local adecuado para aislar a los que estuvieran atacados por enfermedades infecciosas o contagiosas, y que por no disponer de domicilio propio, no pudieran ser acogidos en el Hospital-Hospicio municipal, por prohibirlo su Fundación. La responsabilidad de organizar todo el asunto recayó en el Alcalde y los Regidores Zubiaga y Oriosolo.

De la preocupación que causaban determinadas enfermedades, tanto a los gobiernos locales como al del estado, nos da una idea, una de las decisiones que tomó la “Junta de Instrucción Pública” de la provincia, que el 28 de abril de 1904, insertaba en el Boletín Oficial, en la que hacía referencia al elevado número de muertes debido a enfermedades como la viruela, tuberculosis, alcoholismo, etc.) Y declaraban de verdadero interés para la escuelas el cartel contra la tuberculosis publicado por el doctor José Verdes Montenegro, que incluía a otros como el referido a la Viruela obra del también doctor Eduardo Castaner y el referente al alcoholismo del doctor Salgado Jaura. El consistorio getxotarra decidía adquirir 27 de aquellos cuadros, 3 para cada escuela del municipio.

EN EL CENTRO (SENTADO)
CANDIDO ARROLA

Siguiendo esa corriente de prevención de enfermedades, el 19 de mayo de 1904, bajo la presidencia del regidor Francisco Libano Inchaurraga, que sustituía temporalmente al alcalde, se daba cuenta de la circular, del 5 de aquel mes, publicada por la “Comisión Provincial de Sanidad”. En la misma se ordenaba proceder a la vacunación en todos los ayuntamientos de todos sus empleados, así como la del resto de la población, durante el mes de junio de aquel año, repitiendo dicha campaña cada dos años.

Tras dicha campaña de vacunación, el 16 de junio, para fomentar y animar a los vecinos, se realizó un sorteo entre los 274 ciudadanos que habían seguido las indicaciones y se habían prestado a la vacunación y revacunación durante el mes de mayo, con seis premios de 25 pesetas. Procediendo a realizar una amplia campaña publicitaria de dicho acto.

Hasta aquí una pequeña reseña sobre las preocupaciones, respecto de la salud y la economía local, que afectaron a nuestros regidores a principios del Siglo XX. Datos extraídos de los libros de actas del Ayuntamiento de Getxo.


jueves, 4 de junio de 2015

2015-CORPUS EN EL PUERTO



¡Cuánto ha corrido el tiempo! Todavía el año pasado decía que al publicar mi entrada numero 600 llegaba la festividad del Corpus. Ya estamos en la 719, y esta a punto de la llegar la del 2015.


Fiesta del Corpus en el Puerto Viejo de Algorta, vieja tradición, viejas y nuevas caras por sus calles. Un día de los que antaño se decía que lucían más que el sol. Paredes encaladas, calles y casas adornadas. Que arrancará el domingo 7 de junio a las 11 de la mañana, en ella se intercalarán la tradicional misa en la plaza de “Etxetxu”, con el descenso desde la plaza de “Pedro Bilbao” (Aretxondo), de la nueva embarcación recuperada por el Colectivo Itxas Egurra Haizean el “Semetxu”, embarcación construida en 1957 por Javier Sagasti y Lucio Sansebastian.


Día en que la plazuela del Arrantzale (Etxetxu) lucirá engalanada para celebraciones herederas de tradiciones antiguas. En el que volveremos a ver a viejos conocidos, que independientemente de sus creencias, acudirán a su viejo Puerto, para celebrar uno de esos días, en el que se fundirán viejas y nuevas tradiciones.



La plazuela de “Pedro Bilbao” (Aretxondo) aguardará expectante, hasta que la llamada del Adarra (vieja asta de buey), nos recuerde el comienzo del descenso de esa nueva embarcación recuperada “Semetxu”, que tras su tradicional bendición en Etxetxu, comenzará el descenso, por esa catarata de empinadas escaleras, a hombros de los vecinos, hacia esa vieja embocadura que es el Puerto.


Seguro que este año también nos sorprenderán con deliciosas sardinas, que de las manos de ese excepcional sukaldari, de esa vieja saga del barrio los “Amutio”, Armando, sobre su paila, junto a las figuras de los arrantzales, al comienzo de las escalinatas del Etxetxu, tendrá a punto sobre la brasa, para dar comienzo a la degustación de ese fruto del mar, que los arrantzales de Algorta traían en sus viejas barcazas.

Esperemos que como en años anteriores, haciendo bueno el tradicional dicho, el tiempo nos acompañe y brille más que el sol.

lunes, 1 de junio de 2015

LA FUENTE DE SAN NIKOLAS y LAS ESCULTURAS EGIPCIAS



La fuente de San Nikolás con su estatua luminaria y la de la Plazuela de Areeta-Las Arenas, las esculturas de Maria Cristina y Jardingana, son uno de los elementos urbanos, que siempre nos han llevado a preguntarnos ¿Qué son, de donde vienen?. Y aunque no todo tiene de momento respuestas, algunas cosas sí conocemos, como sus emplazamientos a lo largo del tiempo.

Gracias a mi buena amiga María Antxia, de la Biblioteca San Nikolás, he podido añadir a estas interrogantes, otra más: ¿Son las estatuas luminarias (egipcias), fruto de la mano de un escultor francés de principios del pasado Siglo XX?.

Pero vayamos paso a paso: La primera obra conocida formaba parte del conjunto escultórico de la Plaza de San Nikolas. Estaba situada casi en el centro de la plaza. Era la época en la que la plaza agrupaba en torno suyo a la Iglesia, Ayuntamiento y las Escuelas (ver fotografía de encabezamiento). Era el Siglo XIX cuando el maestro de obras (arquitecto municipal) D. Ciriaco de Menchaca, redactaba un escrito que iba cambiar la fisonomía de la mentada plaza.


Estas escuelas que se construyeron entre 1850-1860, tuvieron como primer maestro a D. Juan José Jauregui. En 1867 se construyó la casa del maestro y se añadió el “Salón de Sesiones” del Ayuntamiento de Getxo. El Consistorio celebró sus sesiones hasta 1881 en ellas. El salón de sesiones también se utilizó como aula para niñas. Pero como decía antes, la plaza fue construida en la entonces “Campa de Mugica”, tal y como recoge en su escrito el Sr. Mechaca en 1871 definiéndola como: “...barrio habitado por familias muy acomodadas...,...que han construido edificios de muchísimo gusto...”. Y acometió una de las obras más importantes que la plaza había conocido. Se debió plantear que era necesario coronar dicho emplazamiento con una escultura acorde a su rango social. Ya que se instaló una fuente pública (en esa época tenían gran importancia las fuentes pues no todas las edificaciones disponían de agua potable), y sobre la misma se dispuso una de esas efigies egipcias de fundición, de las que hablaba con anterioridad.


Conjunto escultórico no exento de conflicto social, ya que al acometer, años más tarde, las obras de derribo de las escuelas (1910), se retiró dicha fuente dando lugar a un escrito vecinal reivindicándola. Entre los firmantes estaban (Pantaleón de Goienechea, Juan de Carrandi, Eustasio Zalduondo, Luis de Uranga, Juan Tomás de Guerediaga y otros). En el escrito del 14 de septiembre de 1910 decían los vecinos: “...Que habiéndose despejado la Plaza de la Constitución con el derribo de las escuelas y la desaparición de la fuente pública, nos extraña que esta no haya sido repuesta...,...el privar de tan imprescindible liquido a una importante vecindad y concurrencia pública, sin que las vendejeras sean una entidad despreciable...,...pues han de recorrer un largo trayecto hasta dar con la primera fuente...,...nos tememos que pese a que se iba a reponer en breve, se halle dicha fuente relegada al olvido...”. Aducían a que teniendo en cuenta el extraordinario gasto, para la época, llevado a cabo por el consistorio 700.000 pesetas en conducciones de agua, solicitaban que “...se sirvan acordar el restablecimiento de una fuente en las inmediaciones de la que por tantos años ha venido prestando tan importantes servicios al vecindario...”.


Las conocidas como “Egipcias” eran en realidad esculturas luminarias (que acababan en un cristal de protección en forma de llama), que dicen debieron fundirse en Barcelona. Y que a pesar de que algunos autores reclaman su fundición entre 1905-1910, parece que las mismas fueron fundidas con anterioridad, ya que al remodelarse la Plaza de San Nikolas a partir de 1871 aparecían en el centro de la plaza sobre la fuente. Desaparecieron en 1910 con el derribo de las escuelas.

Posteriormente en 1911, según se recoge en el libro de actas municipal del 16 de diciembre, el vecino de Algorta D. Vicente Ibarguengoitia, solicitó que con motivo de las obras que se estaban realizando en una calle transversal a la iglesia de San Nikolas, obra que se estaba realizando en una edificación derribada denominada “Simonena”, se trasladase la fuente, que se había llevado a ese lugar, desplazándola a una esquina del terreno de su propiedad, quedando la misma instalada en la confluencia de la nueva calle con la de San Nikolas (triangulo formado por las calles San Nikolas, Artibai y Obispo Etxeandia). Ya en 1915 la plaza, tras el derribo de las escuelas, aparecía casi vacía, solamente se alzaba en ella un pequeño quiosco de madera.


En esos mismos años, en la Plazuela de Las Arenas (Bizkaiko Zubia Enparantza), tenían una fuente de similares características, con la estatua luminaria sobre la misma (igual a la de la plaza de San Nikolas de Algorta) Estaba situada en una plazuela que se formaba en la confluencia de la carretera general con la calle Mayor, tras la caseta del fielato, tal y como se aprecia en la fotografía inferior datada en 1919 y tomada de la web “www.guregipuzkoa.net” que recoge el legado del “Fondo Indalecio Ojanguren” (montañero y fotógrafo eibartarra gracias al cual podemos recuperar imágenes de nuestro municipio). Tras los bombardeos de la aviación franquista de 1939, la zona en la que estaba la fuente con la estatua resultó gravemente dañada, y como se puede apreciar en la fotografía superior, tras el arbolado, solo quedo en pie la fuente desapareciendo la escultura egipcia. Y aquí surge una nueva pregunta: ¿Realmente eran dos fuentes iguales o se trasladó a este emplazamiento la de Algorta?, quizá más adelante esta pregunta pueda tener respuesta.


Cuando me hacía al comienzo la interpelación “...¿Son estas estatuas luminarias (egipcias), fruto de la mano de un escultor francés de principios del pasado Siglo XX?...”. Tras observar detenidamente, las existentes en Urkijobaso (Maria Cristina), me percaté del extraordinario parecido con las diseñadas por el escultor francés Mathurin Moreau (ver fotografía inferior).


De 1849 a 1879 Moreau proporcionó varios modelos de esculturas para la explotación comercial por la fundición francesa “Val d'Osne”, una de las más importantes de los siglos XIX y XX, de la que Moreau llegó a ser uno de sus directivos. Durante el Siglo XIX se desarrolla una enorme operación de normalización del paisaje urbano, desarrollo tecnológico que permitiría despertar la industria de fundición sobre todo en Francia e Inglaterra y con ella la difusión de elementos urbanos a lo largo del mundo. Es muy probable, que puesto que se asevera por algunas personas que dichas estatuas fueron realizadas en una fundición de Barcelona, realmente se tratara de una empresa intermediaria de la fundición francesa.


Y finalmente la de “Jardingana”, realizada en los años 80, fue obra del escultor algorteño Jose Luis F. Butron. Era una copia de la original, que realizo en su estudio. Incomprensiblemente de esa efigie solo quedan los pies sobre la peana, recordando que en ese lugar, que esa copia de la histórica escultura vigilaba silenciosa la Avenida Basagoiti de Algorta.

No obstante, seguiré comprobando los libros de actas municipales y otros documentos, por si aparece alguna referencia en los mismos, que pueda aclararnos las dudas y volveré a publicarlo para completar este articulo.