lunes, 30 de marzo de 2015

MASCARAS EN ALGORTA EN 1899



Ya hace más de un mes que pasó el Carnaval. Ahora que llegan los días grises, en los que, en los años 40-60 del pasado Siglo XX, se celebraba la mortificación de la carne, creo recordar que en la entrada del 16 de Febrero hacía una afirmación incompleta: “...Carnavales que ya desde los tiempos de la Dictadura de Primo de Rivera (1923), fueron perseguidos con la prohibición del uso de las máscaras. Y no recuperarán su plenitud hasta el final de la dictadura franquista. Este es uno de los motivos por los que es difícil encontrar rastros cercanos de esa tradición en nuestro Pueblo...”. Y digo que no es del todo correcta, porque debo añadir, también, que esa celebración fue prohibida por sucesivos monarcas españoles Carlos I, Felipe V, Fernando VII. Al parecer sólo ellos tenían el derecho a ocultar sus rostros tras máscaras de oro. Incluso en 1898 una de las coplas, que iba a cantar la comparsa “Los Siete Niños de Ecija”, tuvo que ser supervisada por el Gobernador. En torno a la tradición de esa celebración en nuestro Pueblo, confirmar que ya desde 1899 existe constancia escrita de que los mismos se celebraban en Algorta.



Ya en esas fechas se decía refiriéndose a las carnestolendas: “...!Todo el año es Carnaval!, dijo el satírico Fígaro, y aunque ese grito encierra un realismo abrumador, las carnestolendas son un paréntesis humorístico que la humanidad acoge con verdadero júbilo...,...nada de seriedad, ni de tristeza. !Abajo el pesimismo, Arriba el buen humor!... ”.

Los carnavales de febrero de 1899 se celebraron en la Plaza de la Constitución (San Nikolas). Desde el primer día de fiestas, un gran baile de carnavales abrió el festejo. La prensa bilbaina lo denominó como “Baile Campestre”, probablemente porque los cronistas de la Villa, consideraban a nuestro pueblo, aún una aldea. La animación de la fiesta corrió a cargo de la Banda Municipal dirigida por el maestro “Galubart”. En medio de una bulliciosa muchedumbre, en la que destacaban según decían “...un seductor grupo de mascaritas, que rindió entusiasta culto a Terpsicore (musa de la danza griega)...”.



En el Casino Algorteño se celebró un acto carnavalesco, solo para socios, con objeto de recaudar fondos para el Asilo de Algorta. En dicho acto se leyeron, en medio de un gran frenesí, los versos de Marcos Zapata (poeta y dramaturgo aragonés), con el poema histórico “El Solitario de Yuste” escrito en 1877. Ese acto privado siguió con un sainete “Robo y envenenamiento”, escrito por José María Anguita en 1893, que provocó una gran hilaridad entre el publico asistente.



El lunes y martes de carnaval, por la noche, se celebraron en los locales del “Circulo Algorteño”, dos bailes: “...en medio de una nieve de confetis y serpentinas, en el que se obsequió con pastas y vinos generosos, a los jóvenes que con sus disfraces animaban el acto...”. Acto y bailes dirigidos por D. Wenceslao Rasines.

No es muy amplia la referencia, pero baste este flash para recordar que las fiestas de carnaval eran tradición en Getxo. El alquiler de disfraces, otra de las costumbres de la época, iba desde los 2 reales hasta los 5 duros. 




Los carnavales se celebraban con mayor concurrencia en un Bilbao bullicioso en el que el consumo de pastillas de café con leche traídas desde Logroño se disparaba. También en otros pueblos de las márgenes de la ría, aunque el más bullicioso fuera el que se realizaba en Bilbao, en La Casilla y Campos Elíseos, donde el desfile de carrozas iba acompañado de caballos y máscaras, que al finalizar daba lugar a una batalla de flores. Durante esas celebraciones báquicas, incluso el tranvía ampliaba sus horarios hasta la 19 horas para que los vecinos de Getxo pudieran disfrutar en la villa de D. Diego de esa festividad. 

Al llegar las fiestas fiestas de Pascua, me despido hasta el próximo día 9 de Abril, en que seguiré trayendo nuevos recuerdos a esta pagina. !ONDO PASA!

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