viernes, 5 de diciembre de 2014

AEROPLANOS BAJO EL PUENTE BIZKAIA


El Puente Palacios o Puente Bizkaia, también conocido popularmente como el “Transbordador” ha visto pasar bajo su vieja estructura a infinidad de personajes, a bordo de barcos, veleros, traineras, gabarras, incluso bicicletas acuáticas. Uno de estos fue Jean Louis Conneau, conocido bajo el seudónimo de André Beaumont. Sobre este personaje ya hice un pequeña referencia en mi entrada del martes 7 de Agosto del 2012. 
 
Pionero de la aviación francesa, fabricante de hidroaviones, as de la aviación, se le podría casi comparar con aquellos exploradores de finales del Siglo XIX. Vencedor en 1910 del circuito de Gran Bretaña; ganador en 1911 de las tres pruebas aeronáuticas más duras: la Carrera Paris-Roma, la Paris-Liege-Spa-Utrecht-Bruselas-Calais-Londres-París-Calais y el Daily Mail de Gran Bretaña (Inglaterra y Escocia). 

Jean Louis Conneau (André Beaumont)
 
En 1912 el Ayuntamiento de Bilbao, para la celebración durante las fiestas patronales de la villa, gestionó un espectáculo de aviación que tuvo como marco la ría a la altura de Las Arenas, para ser más preciso, entre Portugalete y nuestro pueblo. El espectáculo tuvo sus prolegómenos con las gestiones realizadas con los aviadores Paulhan, Farman, Renault y con Jean Louis Conneau (André Beaumont). 
 
Las negociaciones que ofrecieron a M. Paulhan jugosas cantidades (6.000 francos por tres sesiones de aviación, a celebrar los días 25 al 29 de agosto), siguieron con “Farman Fréres” 10.000 francos, con la parisina “Aéroplanes Sanchez-Besa” que ofertaba 4.000 ptas por sus evoluciones, terminaría con el contrato firmado con el anteriormente citado pionero del aire francés Jean Louis Conneau (André Beaumont). 
 
La demostración se realizó en el incomparable escenario que daba nuestro barrio Areeta-Las Arenas, junto a nuestro pueblo hermano Portugalete. En el Beaumont se comprometía a realizar tres sesiones de aviación sobre el Abra, los días 30 y 31 de agosto y el 1 de setiembre de 1912. Se establecía una cláusula de seguridad, por la que en caso de hacer mal tiempo, se aplazaba la exhibición hasta el 4 de septiembre. 

 
El día 10 de julio de 1912, el Alcalde de Bilbao se dirigía a los alcaldes de Getxo, Portugale y Santurtzi a una reunión a celebrar en el Club Marítimo del Abra el sábado 13 de julio, a fin de tratar junto al delegado de la comisión de festejos Alejandro de la Sota de los espectáculos que se iban a celebrar. La alcaldía de Getxo, al igual que las otras, el día 24 de julio enviaba a la comisión de festejos bilbaina, una carta notificándole su colaboración y aportando una subvención de 1.000 pesetas. El de Portugalete el 9 de agosto, además de realizar la misma aportación, proponía que: “...los hidroplanos entraran por la ría hasta la playa de Sestao, pasando por encima del Puente Vizcaya y volvieran por debajo del mismo...”. 
 
Se establecieron las condiciones económicas, que superaron a las de las primeras negociaciones, fijándose en 9.500 francos. Se comprometía por aquella cantidad a realizar sus sesiones de aviación de 16 a las 18 horas, durante los días señalados, volando a una altura mínima de 200 metros. Aquel contrato fue firmado el 12 de agosto de 1912. 


 
El día 30 de agosto llegaba a Bilbao el aviador, preparándose para realizar al día siguiente sus evoluciones sobre el escenario elegido, a bordo de su hidroplano. El mismo día el consistorio bilbaino, a través de su alcalde Federico Moyúa Salazar, se dirigía al Alcalde de Getxo con un B.L.M. (Besa la mano, formula de cortesía epistolar de la época), solicitándole que: “...como autoridad superior de esa localidad, tenga a bien dar las órdenes oportunas para la conservación del orden...,...a fin de evitar los prejuicios que se pudieran originar para el resultado de la fiesta...,...desperfectos en el aparato de aviación o en el hangar en el que se halla depositado...”. También y en parecidos términos lo hacía el Comandante de Marina, y debido a la premura con la que se habían solicitado los permisos, el mismo día 31 de agosto daba su autorización, y se ponía en contacto con el ayudante de marina de Portugalete dándole ordenes para que prestara toda su colaboración. 
 
El día 1 de septiembre de 1912 acudieron una comitiva compuesta por concejales, comisión de festejos y prensa local bilbaina, a bordo del remolcador “Ederramendi” a contemplar el espectáculo. El célebre piloto de la época señor Beaumont realizó una exhibición con su “aerohidroplano” partiendo desde la playa de Las Arenas y sobrevolando todo el Abra y la ría, finalizando con el paso por debajo del Puente Bizkaia. La zona del Muelle de Hierro así como las orillas portugalujas y getxotarras se encontraban abarrotadas de curiosos que observan asombrados las evoluciones del aparato. 

 
Si embargo, las previstas para el día siguiente debieron suspenderse por el mal tiempo (Ver fotografía superior). El alcalde de Bilbao se dirigía a todas las compañías de ferrocarriles bilbainos, a fin de que colocaron en todas las estaciones avisos de la suspensión. El aviso se extendía a cuantos iban a participar en la mencionada fiesta (Orfeón Euskeria, Sociedad Coral, Circulo Conservador, Circulo Liberal, Circulo Socialista, Circulo Tradicionalista, Centro Vasco, Casino Republicano, Club Náutico, Sociedad el Sitio, Sociedad la Bilbaina y al Circulo la Unión Mercantil). La siguiente sesión, una vez asentado el tiempo, se celebró el día 3 de septiembre a las 17 horas. Así lo anunciaba la Comisión de Fiestas de Bilbao, con los mismos carteles que los de la suspensión (Ver fotografía inferior). 

  
Aquellos espectáculos tuvieron subvenciones concedidas por los Ayuntamientos de Getxo, Portugalete y Santurtzi, además de por las que denominaban “Empresas de Tracción”. Se referían al Tranvía y Ferrocarriles, de ambas margenes de la ría. 
 
Y llegó el momento de hacer efectivas las subvenciones prometidas: 
 
El Ayuntamiento de Portugalete el 18 de setiembre, también rebajaba su aportación a 500 pesetas y afirmaba: “...que no se han cumplido las condiciones establecidas por unanimidad...”. 

 
El Ayuntamiento de Santurtzi el 1 de octubre, una vez celebrado el espectáculo aéreo, contestaba a un requerimiento del ayuntamiento bilbaino que: “...a pesar de que nuestro pueblo no se había visto favorecido por aquellos actos, ni por la concurrencia de forasteros, por el modo en que habían sido programados, solamente aportaría 500 pesetas...”. 
 
En la revista gipuzkoana “Novedades” en 1912 se recogían unas imágenes de las hazañas, que en nuestra ría realizó “André Beaumont”. 
 
A pesar de las desavenencias el espectáculo resultó todo un éxito tanto por la afluencia de público, que abarrotaba ambas margenes de la ría y Muelle de Hierro de Portugalete, como por los beneficios que reportaron estos actos a ambos ayuntamientos, ya que muchos comercios de la zona hicieron caja. No menos expectación tuvo la playa de Areeta-Las Arenas en la que los curiosos vecinos se arremolinaban alrededor de hidroplano, deseosos de contemplar la maquina y a su piloto.

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