lunes, 21 de julio de 2014

UN CURA BAJO SOSPECHA, EN EL 50 ANIVERSARIO DE LA VIRGEN DE BEGOÑA


La devoción por la Amatxu de Begoña es algo extendido por toda la provincia de Bizkaia, e incluso fuera de ella. Ello llevó a celebrar no pocos eventos en homenaje a tan querida Patrona, así como peregrinaciones a su basílica. 
 
En los años 40-50, en un movimiento religioso fruto de la época, la Virgen de Begoña, patrona de Bizkaia, pasaba por el Municipio de Getxo, haciendo paradas de un día en las parroquias de Las Mercedes (Areeta -Las Arenas) y Andra Mari (Getxo). 
 
En 1948, una talla réplica de la Patrona, salió de la Basílica para acudir a los pueblos de Bizkaia en numerosas peregrinaciones. Era conocida como la “Virgen peregrina”. La Peregrinación se realizó con una réplica de la Virgen de Begoña llevando la efigie a todos los rincones de la provincia. La réplica recorrió multitud de pueblos como celebración del cincuentenario de su coronación canónica. 
 
A su paso por los municipios de Berango, Sopela y Plentzia, la Amatxu de Begoña hacía un alto en el barrio de Getxo, donde era recibida en medio de un gran arco de flores, con una inmensa devoción por todos los Getxotarras, al menos por los creyentes. La imagen de la Virgen de Begoña era llevada sobre la cama cerrada de un viejo camión, e iba expuesta sobre un altar que transportaba el mismo vehículo, rodeada de las autoridades de la época (Sacerdotes, Autoridades Civiles y Guardia Civil). 

 
Y es precisamente en este momento cuando se producen los hechos que dan titular a este artículo, “Un cura bajo sospecha, en el 50 aniversario de la Virgen de Begoña”. No es algo desconocido, pero no por ello debe ser dejado en el olvido, ya que hechos como este sucedieron más veces. La iglesia que no comulgaba con el régimen de Franco, que vivía dentro del pueblo, que participaba en sus expresiones, tanto folclóricas como culturales, las políticas estaban prohibidas. Aquella iglesia que no era franquista, era perseguida, sin que en muchos casos, más de los que debiera, fuera protegida por sus más altas instituciones, siendo los comisarios políticos (miembros del la FET y de las JONS) sus hombres de la guarda.
 
Eso era lo que se desprendía de la denuncia que realizaba el Alcalde de Getxo ante el Gobernador Civil el 18 de Septiembre de 1950. Como un curita de pueblo (Ver fotografía inferior) ponía nervioso a todo un régimen, y a los veladores de las esencias. Pero previamente a aquella denuncia, se sucedieron los siguientes hechos, a todas luces inicuos: 
 
El Párroco de San Nikolas de Bari de Algorta, D. Vicente Gómez, el día 26 de Agosto de 1950, se dirigía por escrito al Alcalde de Getxo D. Juan Bautista Merino, expresándole que con motivo del cincuentenario de la coronación de la Virgen de Begoña, la parroquia de San Nikolas de Bari, proyectaba realizar diferentes actos, tanto profanos como religiosos, durante los días 9 y 10 de Septiembre de aquel año. Entre las actividades previstas estaba la de una orquestina, que armonizara los actos previstos, pretendían evitar gastos, pero se encontraban con el inconveniente de que algunos miembros de la Banda Municipal no estaban disponibles, así como de que carecían de algunos instrumentos, tales como saxo tenor y bombo. Por este motivo solicitaban la ayuda del consistorio para poder realizar aquella celebración con el boato que la misma merecía. 

  
Entre los actos profanos previstos estaba el celebrar en la Plaza de San Nikolas (entonces del 16 de Junio) actuaciones folclóricas (Aurresku, espatadantza), concierto de acordeón, actuación de los “Guyanitos del Puerto” (los hermanos Royo: Romualdo, Martin, Txomin y Pedro Mari “Cañoto”), concurso de bailes vascos, juegos para los más pequeños (Carreras de cintas, sacos, etc.) y una romería por la tarde acompañada de txistularis y orquestina. En cuanto a los actos religiosos previstos para aquellas semana figuraban algunos para mujeres y jovencitas a las 19 horas y otros separados para hombres y jóvenes a las 20 horas, así como la predicación en los mismos de D. Luis Esparza; finalizaban el día 10 de Septiembre a las 7 de la mañana con un “Rosario de la Aurora” y una misa acompañada de comunión. 
 
Por otro lado la J.A.C.E. (Juventud Obrera Católica), solicitaba permiso el 31 de Agosto para instalar en aquella misma plaza un puesto para la venta de churros y bebidas, a fin de financiar algunas de las actividades. El 31 de Agosto el consistorio acordaba que fuera la propia banda quien armonizara aquella celebración.
Aquellos actos transcurrieron sin nada que hiciera posible alguna mención en cuanto a desórdenes u otro tipo de actuaciones. Sin embargo, provocó la denuncia del propio alcalde dirigida al Gobernador Civil de Bizkaia, contra el presbítero de San Nikolas de Bari D. Angel Urigüen. En la denuncia se expresaba lo siguiente: “...En relación con el festival organizado por Acción Católica de Algorta el Domingo día 10, en la Plaza de San Nicolas de esta anteiglesia, he de manifestar a V.E., que se realizaron varios festejos populares mañana y tarde, entre ellos, algunos de tipo vasco, como bailes de espatadanzaris, actuación de coros a base de obras del maestro Sorozábal, actuando en ellos elementos de clara significación nacionalista y sobre todo habiéndose suprimido en la actuación de los espatadanzaris el número de la bandera. Todos los actos fueron organizados y dirigidos por el sacerdote D. Angel Urigüen, de 35 años de edad, natural de Durango, a quien ya, en alguna otra ocasión esta Alcaldía se ha visto obligada a llamarle la atención por su no muy clara actuación en orden a los postulados del Régimen, sin que a pesar de ellos se haya servido rectificar claramente y de modo decidido su forma de actuar, sobre todo al rodearse dentro del ramo de la juventud de Acción Católica que dirige de elementos separatistas...”, (Ver fotografía inferior de la denuncia). 

  
La simple lectura de la denuncia expresa el grado de control político-policial, que sobre aquel sacerdote y todo lo que no fuera bien visto por el Régimen Franquista, al que se sometía a los ciudadanos por parte de los comisarios políticos de aquel estado de cosas, en el que ni una festividad, como la de la Amatxu de Begoña, pasaba sin los férreos controles, y la inquisitorial mirada de los lacayos del régimen.

2 comentarios:

  1. Vaya gentuza de gobierno. Por desgracia parece que siguen en la poltrona.

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  2. Erlantz Veganzones26 de julio de 2014, 5:26

    Siguen, siguen... y en Getxo, como en muchos otros lugares, siguen habiendo quienes recuerdan estos nefastos tiempos con cierta morriña por el gallego y sus mariachis...

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