miércoles, 4 de junio de 2014

1931-INAUGURACIÓN DE EUZKO ETXIA DE ALGORTA


Eran otros tiempos, los ánimos estaban encrespados, se suspendían periódicos y, sin embargo, había llamadas a la disciplina y a la serenidad. Mientras en Ginebra se celebraba el VIII Congreso de Nacionalidades Europeas, en Mieres se producían enfrentamientos, incluso armados, entre manifestantes y agentes del orden; se hablaba de intentos de sublevación en Jaca. Las Banderas con las cuatro barras y la estrella solitaria desfilaban por Catalunya en apoyo a Macia. 
 
Y a pesar de que la Constitución de la República Española, del 9 de Diciembre de 1931, en su título preliminar, en el articulo tercero, definía que “...el estado español no tiene religión oficial...”, las relaciones entre la Iglesia y el Estado parecían mejorar al garantizar el gobierno el presupuesto para el culto y el clero, aceptando Roma la separación entre iglesia y estado, mediante un concordato. Un año más tarde, en Enero de 1932, la orden de los Jesuitas era disuelta en el territorio español. Corrían rumores de que algunos generales presos en cárceles militares habían intentado evadirse. 

  
Por otro lado, los resultados de las elecciones locales de Abril de 1931, que arrojaban unos muy buenos resultados para los nacionalistas de Getxo, (15 concejales), 3 para los Republicanos y 3 para los Monárquicos, hacían de antemano que el ambiente fuera propicio para aquellos actos afirmativos. 
 
Es en este ambiente tan revuelto donde la prohibición de algunos diarios era pan de cada día, que en su portada el diario “Libertad Vasca” (Editado durante la suspensión gubernativa del diario Euzkadi), daba el día 8 de Septiembre de 1931 (Martes), la noticia de la inauguración de la “Euzko Etxia de Algorta”, que a partir de aquí denominaré “Eusko Etxea”. 

 
La jornada se celebró el domingo 6 de Septiembre. Se congregaron miles de nacionalistas de los diferentes pueblos de Bizkaia. Como detractores de aquel acto actuaron como propagandistas algunos diarios del momento, haciendo lo que se conoce como “propaganda negra”, afirmando en sus páginas, que dicha celebración había sido suspendida por sus organizadores. 
 
Sin embargo, la convocatoria de Algorta se mantuvo en pie, y como anticipo de la misma, el sábado, a las 20,30 se celebró una kalejira amenizada por los txistularis. Le siguió una conferencia, celebrada a las 21 horas en el salón de la Eusko Etxea, que corrió a cargo del zarauztarra José María Aguirre Egaña, conocido como “Xabier Lizardi”, poeta y escritor en lengua vasca, quien disertó sobre “El nacionalismo y su finalidad como partido politico”. A la misma asistió un numeroso público que aplaudió con entusiasmo las palabras del conferenciante. 

 
El domingo por la mañana, ya desde primeras horas, las calles de Algorta contaban con la presencia de gran numero de nacionalistas de las anteiglesias vecinas y de Bilbao. Ya desde primeras horas, a las 8,30 de la mañana, el pueblo se fue animando, los txistularis locales junto a otros venidos de otros pueblos, iniciaron una kalejira que recorrió las calles principales de Algorta. Los trenes llegaban abarrotados, se veía por las calles a numerosos y cualificados militantes y dirigentes nacionalistas, así como a representantes de las distintas comisiones de los batzokis. Pronto todos los balcones de la Eusko Etxea desaparecieron, cubiertos por grandes banderas bicrucíferas. 

 
Como era costumbre en la época, a las 10 de la mañana, en la iglesia de San Nikolas, se celebró una solemne misa mayor. El coro de la iglesia fue reforzado por militantes de Juventud Vasca y de la Eusko Etxea de Algorta. Al finalizar la misma se celebró una exhibición de ezpatadantzaris e hilanderas locales. Al medio día seguiría un concierto a cargo de la Banda Municipal y del Coro mixto de Eusko Gaztedija de Mungia, con un amplio repertorio de música vasca. 
 
Le seguiría un banquete, que contó con la asistencia de mas de 200 comensales, celebrado en la sede que se inauguraba. Al mismo asistió, el entonces Alcalde de Getxo, D. Jose Antonio de Agirre y Lekube, quien fue recibido con el público puesto en pie, en medio de una calurosa ovación, mantenida durante largo rato, como homenaje a su defensa del Estatuto en las Cortes españolas. Ocupaban la presidencia, junto al Alcalde, el presidente de la Eusko Etxea de Algorta D. Benito de Zubiaur y el miembro del Bizkai Buru Batzar D. Antonio de Araluze y Axuria. Con un ágape decían “...muy bien servido..”. A la hora del café llegó uno de los personajes más esperados, el Presidente del Bizkai Buru Batzar D. Ramón de Bikuña. 

A los postres se produjo el discurso más esperado, el del Alcalde de Getxo. En dicha oratoria restó importancia a su trabajo en las cortes madrileñas, añadiendo que “...cuando veamos satisfechas nuestras aspiraciones el mérito será de vosotros y no nuestro...”. El tema central de su discurso estuvo relacionado con el tema del momento el Estatuto de Lizarra. 

 
 
Como continuación de aquel acto tuvo lugar una animada kalejira para dar paso a un mitin en la Plaza de San Nikolas, sobre el quiosco de la música, a la 17 horas, con una plaza y calles adyacentes abarrotadas de público, tomarían la palabra el presidente de la Eusko Etxea de Algorta D. Benito de Zubiaur, quien se dirigió a los asistentes en un fluido euskera, glosando unas palabras de D. Fernado de Sorozabal referidas a la libertad “...quienes deseen saber lo que es libertad que estudien nuestro fuero, según el cual ni los jueces podrían entrar en casa de un vasco sin permiso de este...”; le seguiría el miembro de Juventud Vasca de Bilbao D. Jose Luis de Irisarri, quien glosó sobre las mal intencionadas palabras de algunos detractores, a cerca de alguna canción que decía “...serán devueltos hasta el limite del País acompañados de txistu y tamboril...”, negando este extremo y acusando de calumniosas las afirmaciones de algún partido opositor que propagaba aquella especie, quien probablemente se refería a una canción que sobre el tema corría por aquellos años.
  
Le seguiría en el estrado D. Esteban de Aranzadi, cuya disertación fue un resumen de la historia de Euskadi, quien afirmaría entre sonoros aplausos “...se nos ha calificado de locos, pues bien, yo bendigo esta admirable “locura”, que ha sabido convertir a Euskadi en inmenso “manicomio”, que pide únicamente, se le conceda la posibilidad de elegir a sus “loqueros...”. Le seguiría el joven representante de “Mendogoizale Irrintxi”, Luciano de Ozerin quien hablaría sobre la suspensión y clausura de periódicos nacionalistas. 
 
Continuarían en la tribuna los señores Alfredo Ruiz del Castaño y D. Manuel de Aranzadi, presidente del Napara Buru Batzar, quien cerraría el acto, con un largo discurso que sería publicado, por su extensión, al día siguiente. Al inicio del mismo pedía perdón a los oyentes “...Nunca como en la ocasión presente, compatriotas, he necesitado solicitar perdón de mis oyentes. Hace poco, ayer tarde, cuando recordábamos el compromiso contraído de venir aquí para asistir a la inauguración de Euzko Etxia, en Iruña recibimos un aviso telefónico debido a una confusión o a un ardid malévolo, en el que se nos decía invocando el nombre de Juventud Vasca, que los actos de Getxo, como otros, habían sido suspendidos por orden gubernativa...”, aquella comunicación no nos causó sorpresa ya que los de Nafarroa también habían sido suspendidos. 

 
Al final de los discursos y como colofón a aquella inauguración, le seguiría una animada verbena en dicha plaza, acompañada de txistularis y la Banda de Música Municipal de Getxo. 
 
Así transcurrían aquellos días de 1931, mientras en la prensa los anuncios comerciales llenaban las paginas, ofreciendo diversos servicios, algunos de comercios locales, también provenientes del mundo industrial, de Talleres de Lamiaco, hasta los gratificantes baños de mar del establecimiento “Las Delicias” en Las Arenas. Incluidos algunos de carácter gastronómico, que al parecer aliviaban diversas dolencias de estomago, hígado, riñones y diversas vísceras. Hasta los pañuelos eran motivo de comercio en el bilbaino Belosticalle. 
 
El mundo del comercio continuaba como si nada, mientras que el político se convulsionaba, anunciando negros nubarrones, a pesar de que, como en el titulo anteriormente mencionado, en su articulo 6º decía “...España renuncia a la guerra como instrumento de política nacional...”, algunos no se dieron por enterados provocando aquel terrible baño de sangre que supuso la sublevación de 1936.

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