viernes, 12 de octubre de 2012

UNA TXAPELA DEL PUERTO VIEJO



Enrique Montano Zarraga nació en Algorta, en cuatro caminos (al comienzo de la bajada de Arriguna) en 1921, su Aita Enrique Montano era natural de Bilbao y su Ama Josefa natural de Algorta, tuvieron 8 hijos Maria, Luisa, Aurora, Jose, Fernando y Enrique (los otros dos Conchi y otro hermano, tambien de nombre Enrique, fallecieron al poco de nacer).

En la foto inferior, aparece la familia de Enrique Montano, empezando por la izquierda Ismael (tio de Enrique), el siguiente su Aita Enrique, la de enmedio es la madre Josefa, los dos siguientes son una hemana de la madre y su marido, las pequeñas de abajo son las hermanas de Enrique, las gemelas Maria y Luisa.


Sus primeros estudios los realizó en las Monjas del Puerto Viejo de Algorta, mas tarde pasaria a las Escuelas de Zabala, en estas escuelas conocio a dos de sus Maestros Dn. Pablo y Dn. Juan, el primero tenia una Academia en Algorta con su nombre, en la calle Telletxe, ambos tenian caracteres diferentes el primero mas apacible y el segundo mas rigido, Enrique dejo de asisitir a clase a los 14 años.


Por su mente pasan los recuerdos con gran celeridad, sobre todo cuando habla de las gentes del Puerto, unas veces lo hace de Enrique Franco Real de Asua “Paten”, cuenta historias como el dia en que la esposa de este Felisa Dobaran se cayo al agua en Santurtzi, habian ido a comprar pescado para luego venderlo en Algorta, la marea estaba en bajamar, la rampa llena de verdin, condiciones idoneas para patinarse, asi que la buena de Felisa, patina y cae al agua, todo el pescado que llevaba en una bañera, se desparramo por el agua, los marineros que estaban por alli corrieron a coger a su esposa, Paten hombre practico y cargado de buen humor gritaba “a esa no, a esa no, coger el pescado, que felisa ya sabe nadar”; en otra ocasión en los bancos que estan según se baja de Etxetxu, estaba Paten preparando jibioneras, todas las sujetaba con lanilla de colores rojo, blanco y verde, Enrique al verlo le preguntó “Oye Paten porque pones todas de esos colores”, a lo que Paten le contestó “para ver si estos tienen las mismas manias que los guardias civiles” (los guardias si veian algo de esos colores ensegida agarraban a quien los portaba), era un hombre muy “Txirene” (alguien chistoso, gracioso, bromista )

 
Uno de sus intimos de la niñez fue Juan Deusto Araolaza “Faneca” (+), sus Aitas eran Juana Araolaza y Victor Deusto, eran 4 hermanos Gregoria, Carlos, Victor y Juan, vivian en Gariñe, un poco mas arriba de su ultima casa, con el compartio muchos y buenos dias de pesca, el apodo le viene porque su Aita, gran pescador, solia ir a Abasota, alli a unos 40 o 50 mts. habia una fanequera, donde su solia cogerlas grandes y hermosas, en su casa comian mucho este pescado, Juan se sentaba en la puerta de casa, y alli junto con un pedazo de pan saboreaba uno de aquellos peces, decia que “todos los dias la comida consistia en fanecas y alubias, fanecas y alubias”, Juan Ibarzabal que pasaba por alli le dijo “Juan, Juanito, no comas tantas fanecas que se te va a quedar cara de faneca”, asi que como en el Puerto eran muy propensos a colocar motes, Juan se quedo para siempre con aquel apodo, estuvo trabajando en Altos Hornos en los Gángiles, mas tarde empezaria a trabajar en Sener, como conserje y marinero de Manuel Sendagorta Aramburu (+).  Juan se caso con Elena Sánchez.

 
El Aita de Enrique tenia un bar en Arrigunaga, que abrió en 1939, donde hoy estan la ruinas, lo quitaron hace ya 50 años, según su esposa, era una chabola indecente, lo solian abrir en los veranos, era gestionado por sus padres, Enrique que era el segundo de los hermanos trabajaba en aquel bar.


Uno de sus compañeros de andanzas fue Jose Mari Agiriano “Jagi”, sus aitas se llamaban Victor y Manuela, el apodo se lo puso Enrique Montano, porque cuando la guerra, Jose Mari que tenia un año mas que Enrique, solia vender el “Jagi-Jagi” (organo de difusión de la Federación de Mendigoizales), sus aitas y sus tios (Sabina y Tomas), tenian la concesión de las casetas de baño de la playa de Arrigunaga.
 
Con Jagi” compartió las pescas nocturnas en Abasota, solian ir en la bajamar y se quedaban toda la noche, les cruzaba la marea, y en la pleamar iban subiendo hacia la peña piloto, por la mañana iban a la playa, alli vivian casi como salvajes; El 28 de Julio de 1939 el padre de Enrique, se dirigió al Ayuntamiento, solicitando cerrar con estacas y alambres de espino el terreno colindante a la Playa de Arrigunaga, terreno que el tenia arrendado y donde tenia su bar, este terreno era propiedad de la Condesa de Zubiria, cosa que la corporación municipal autorizó de forma provisional, ya que en los planes de dicha entidad ya estaba la adquisición de dicho terreno, en previsión de la municipalización de la Playa.



Los barquilleros solian llegar en verano, se instalaban en “Etxe Txikerra” (un caserio de Arrigunaga), alli tenian alquilada una cuadra, en este pequeño habitaculo, que se hallaba vacio, era donde preparaban los barquillos, los preparaban con unas planchas pequeñas, luego los vendian por la playa al grito de “al rico barqui, barqui, hay barqui y parisien rico”, entre aquellas viejas casetas de playa, de forma troncopiramidal, con rayas verticales, de colores azules, donde la gente se vestia y desvestia, antes y despues de los baños de mar, los barquilleros, a la hora de maximo calor, solian hechar la siesta entre las tiendas, aprovechando su sombra, ocasión que no desperdiciaban aquellos chiquillos, para mientras Enrique vigilaba que estuvieran bien dormidos, mientras Jagi, con suma cautela, levantaba la tapa de aquellos recipentes, donde guardaban los ricos barkis, y cogia un buen puñado, que luego comian con gran deleite.


Asi que despues de haber dejado la escuela primaria, con tan solo 14 años, empezó su vida laboral, primero fue en la Babcock & Wilcox de Galindo, trabajo en esta empresa hasta los 21 años en que tuvo que ir a cumplir con el servicio militar, obligatorio en aquella época, al principio estuvo en Garellano pero como habia exceso de gente, de alli le enviaron a Donostia, al Cuartel de Loyola, desde alli tuvo que recorrer varias poblaciones de la costa Zarautz, Getaria, Orio, el dice que era porque temian algun desembarco, estando en Gipuzkoa, un teniente Navarro, al que le gustaba mucho el futbol, se enteró por otro algorteño, Pereiro, que habia uno en la compañía que habia jugado en el Getxo, este militar queria hacer un torneo de futbol, asi que le propuso participar, Enrique le advirtio que cuando tenia 17 años, en un encuentro en Somorrostro se lesiono la rodilla, por lo que tenia dificultades para jugar, el teniente le dijo “si te olvidas de la rodilla te doy 6 meses de permiso”, ni se lo penso, jugaron aquel campeonato quedando campeones.


Este campeonato se jugo en Zarautz, este equipo al ver su habilidad con el balón, le propuso jugar con ellos, tambien les contó lo de la lesión y que a veces la rodilla se le quedaba “encasquillada”, pero le dijeron que ellos tenian buenos medicos, y que si le volvia a pasar, los medicos que iban a estar pendientes resoverian su dolencia, estuvo jugando 2 o 3 años con el equipo Zarauztarra, hasta licenciarse.

Se licenció tres años despues y volvió a Algorta, empezando a trabajar esta vez en el Astillero de la Naval en Sestao, no queria seguir en Babcock porque le implicaba mucho desplazamiento, pero tambien aquello le parecia que estaba muy a desmano, habia que pasar la ria, un amigo le dijo para ir a trabajar a Erandio, a una empresa llamada “La Precisión Mecanica”, no lo dudo asi que dejo de cruzar la ria, fue a prueba y termino quedandose en aquella empresa, por esa época vivia en Cuatro caminos (Algorta).


Enrique se casó con Pilar Lopez de Letona Gervasio, nacida el 14 de Diciembre de 1930, en la iglesia de San Nikolas de Bari de Algorta en el año 1958, tuvieron tres hijos Adela, Enrique e Irene (+).

Hombre inquieto volvio a cambiar de actividad, esta vez marcho a navegar, estuvo durante 4 años surcando mares, navego en el Castillo Simancas, un cargero ingles de 274 mts. de manga, 46 mts. de eslora y 82 tn. de carga bruta, llegando hasta America, solian cargar mineral de cobre en Huelva que llevaban a Alemania y otros puertos europeos, estando por esas mares, le llamaron para ofrecele un trabajo en Gallarta.


Asi que nuevamente cambio de actividad, trabajó en la escombrera de la mina de Peña Mora (Gallarta), llamada “Mina de los Alemanes”, el material depositado alli era de primera calidad, de la época de explotación de las mimas por los ingleses, el mineral era de desecho, pero un Aleman consideró que se podia recuperar, asi que este fue otro de sus trabajos.

Finalmente trabajaria como transportista hasta su jubilación, con un Pegaso en el Puerto de Bilbao, transportando mineral de carbón, bobinas de acero, maiz y soja.


Tenia mucha afición a la pesca, solia salir a pescar con Juan Deusto “Faneca” y su hijo mayor Juanje, solian echar redes y traian fanecas, chicharros, verdeles, tambien largaban las redes en Azkorri, Sopelana, Barrika e incluso Bakio, las madres de Enrique Montano y Juan Deusto eran primas, en el Puerto Viejo no habia nadie que no tuviera apodo, asi que Enrique no iba a ser menos, a el le pusieron “Mojarra” y a su hijo Enrique le llamaban “Txipiron”, por el color moreno que solia coger cuando este bogaba. 

 
Enrique y su esposa Pilar vivieron en el Puerto Viejo, en la calle Ribera, durante un año, luego marcharian a vivir a su actual residencia de Villamonte.


Enrique Montano Zarraga es un icono viviente del Puerto Viejo de Algorta, que al igual que otros conformo una estampa de gentes rudas, pescadores hábiles e indomitos, bromistas y campechanos. Quien diria que Enrique no era del Puerto, su silueta, caracteristica de los hombres de mar, quiza la Txapela mejor colocada de cuantas he visto, su aspecto de rudo marino, le daban un poco el alma de aquellos navegantes, y sin embargo nació y vivió su niñez en Cuatro caminos, pero sus correrias con sus intimos las realizó por ese lugar especial de Algorta, el Puerto, aunque como dice su esposa Pilar “nunca salio de alli, siempre estaba en su Puerto”.

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